CAILLEACH

Guarda mi sueño. La antigua sensación que no olvidas. Un beso largo sin amor que permanece. Has sido el elegido para penar por las calles. Entre puertas cerradas, solares vacíos, hasta que llegue el encuentro que te redima. Aplastado por el peso de la noche, boca arriba, con esa mueca de los seres imposibles. No hay dos caras que queden iguales cuando las visita la muerte. He de recordar una fantasía antes de que mi boca se llene de estrellas esperando un último beso.No era un presentimiento. Me desvié en la revuelta del Perdón y subí una corta senda que da a la cueva del Chanto. Era una tormenta de verano intensa. Por las montañas de Ansilán había claros azules por donde se filtraba el sol en forma de rayos casi místicos, y en el escarpado de Arrumas una nube negra que asustaba, con truenos largos y relámpagos que partían el cielo en la lejanía. Casi empapado logré entrar en el Chanto, atravesando un empedrado de aluvión pastoso y losas de pizarra que había a la ...