PARA RECONOCERME.
Había supuesto que si Plotomeo tuviera razón el sol no alumbraría diferente. Ni los días serían distintos ni con distinta luz. Ni las noches diferentes miradas desde un precipicio. En el fondo, a mi me horroriza que si desaparezco nadie pregunte por mi, cualquier día, a cualquier hora, mientras la tierra está en un stop. Había supuesto que con lo que cuestan cuatro tornillos Allen del Curiosity que se va a Marte, podría vivir toda mi vida con cierta opulencia, sin rasgarme las vestiduras en los supermercados. Había supuesto que si los representantes del pueblo escogidos democráticamente no me hubieran fichado, para estrujarme siempre, podría vivir sin sobresaltos angustiosos. Que haya poetas cursi no me importa, que el 90% de la población haga algún día un poema tampoco, que describan que el aire es una caricia, cuando es fétido, tampoco y cosas del corazón y del alma tampoco. Yo sólo deseo que si aparezco muerto haya alguien para reconocerme.