DOLIENTES.

Yo no sé si estaré vivo cuando lleguen los tres arcángeles. Me da mucho miedo. La manzana no cae a su abismo porque esté llena de materia, se precipita porque ya estaba muerta. Tampoco está claro hacía dónde nos extendemos. Aunque no lo creas, no sabes a dónde vas. Aunque no lo creas solamente percibes de lo que te rodea una mínima parte del espectro que va desde al amor más tierno a la violencia más absoluta. En cualquier punto de esos colores infinitos quédate a suponer lo que no captas. Has de suponer que siempre podrás estar entre la cruz de una mirilla, dispuesto siempre a morir, debajo de un dedo que razona si apretarse. O cagando en los fétidos servicios de una estación de tren. O dando vueltas por un descampado buscando a alguien que te acaricie. No me desees nada. No es verdad. No tienen fundamento teórico tus deseos. Mi hermana vive sola y siempre tiene un ramo de flores sobre una mesa camilla. Mi abuelo Carlos vive sólo y se asoma a la ventana del comedor a eso del atard...