MUÑECA

Hacía dos años que no volvía a mi casa de San Martín donde había nacido. Llevaba cerrada desde que mi última hermana se marchó de allí para siempre, hace de esto bastantes años. Cuando abres la vieja puerta de dos hojas que da a la subida del Leirón, chirría ligeramente, y aparece el pasillo de la planta superior con suelo de tabletilla sobre viguetas de madera. Delante de mí estaba aquella penumbra rota por la claridad de las cuatro habitaciones que hay a derecha e izquierda. Por la planta baja se accede desde la carretera, a través de una acera de piedra amplia. Abajo teníamos un pequeño almacén con apeos de labranza y una cuadra. No sé si vosotros habéis tenido esa sensación de volver, después de años, a la casa donde habéis nacido, jugado, vivido, amado, despertado, soñado; y todo esas sensaciones innatas de la infancia. El caso es que me embargó una extraña emoción de volver a ver todo aquello, era un recordar continuo de sensaciones que se captan con todos los sentidos; entre ale...